28 de septiembre de 2014

LA ORACIÓN Y SU GRAN IMPORTANCIA

DIOS CREADOR
Romano Guardini


¡Oh Señor!, tú has creado todas las cosas. Tú les has dado su ser y las has puesto en equilibrio y armonía. Están llenas de tu misterio, que toca el corazón si es piadoso.

También a nosotros, ¡oh Señor!, nos has llamado a la existencia y nos has puesto entre ti y las cosas. Según tu modelo nos has creado y nos has dado parte de tu soberanía. Tú has puesto en nuestras manos tu mundo, para que nos sirva y completemos en él tu obra. Pero hemos de estarte sometidos, y nuestro dominio se convierte en rebelión y robo si no nos inclinamos ante ti, el único que llevas la corona eterna y eres Señor por derecho propio.
Maravillosa, ¡oh Dios!, es tu generosidad. Tú no has temido por tu soberanía al crear seres con poder sobre ellos mismos y al confiar tu voluntad a su libertad. ¡Grande y verdadero Rey eres tú!
Tú has puesto en mis manos el honor de tu voluntad. Cada palabra de tu revelación dice que me respetas y te confías a mí, me das dignidad y responsabilidad. Concédeme la santa mayoría de edad, que es capaz de aceptar la ley que tú guardas y de asumir la responsabilidad que tú me transfieres. Ten despierto mi corazón para que esté ante ti en todo momento, y haz que mi actuación se convierta en ese dominio y esa obediencia a que tú me has llamado.
Amén.



LA ORACIÓN - TIENE SENTIDO ORAR?

 ¿Tiene sentido orar? ¿De qué sirve la oración? Hay personas que sonríen al oír estas preguntas y piensan que orar es un monólogo mediante el cual la gente trata de persuadirse de ciertas cosas.

Pero no es cierto. Orar, es decir, hablar con el Dios viviente, eterno, todopoderoso, es algo indispensable para el creyente. Él tiene que hablar con su Dios y se le permite hacerlo, porque Dios oye y contesta las oraciones. Pero hay algo que Dios desea de nosotros: que oremos confiando en su amor y omnipotencia, dejando en sus manos la manera en que vaya a responder.


Al lado de la oración, que a menudo la convertimos en un pedido a nuestro favor, Dios nos concede la posibilidad de interceder, es decir, de orar por los demás. No nos cuesta orar por los que amamos y apreciamos, pero el Señor Jesús exige también que intercedamos por los que no nos quieren o nos hacen daño. Si nos dejamos mover por el amor de Dios, también podremos hacer tales intercesiones.



Existe aún otro motivo para hablar con Dios: el agradecimiento. Debemos darle las gracias por todo lo que nos dio mediante el Señor Jesús y por todo el bien y cuidado que recibimos diariamente de su parte. Estrechamente ligada con el agradecimiento está la alabanza.



Podemos celebrar a Dios por lo que él es y por lo que nos permite experimentar. Y ¿cuál es el resultado, cuando nuestra oración llega a ser alabanza y loor? Hará que nuestros corazones estén felices. 

http://oracionesdediostv.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR POARTICIPAR EN ESTE BLOGGER