28 de septiembre de 2014

PIDIENDO A DIOS CON FÉ VERDADERA

PIDIENDO A DIOS CON FE VERDADERA



Gracias Señor por tu Inmenso AmorEn un pueblo pequeño, se produjo una larga sequía que amenazaba con dejar en la ruina a todos sus habitantes, debido a que subsistían con el fruto del trabajo del campo. A pesar de que la mayoría de sus habitantes eran cristianos, ante tal situación de desesperación, acudieron a ver al pastor de la localidad y le dijeron:

- "Si Dios es tan poderoso, solidemos que envíe la lluvia necesaria para revertir esta angustiante situación."
- "Está bien, le pediremos al Señor, pero deberá haber una condición indispensable."
- "¡Díganos cuál es!", respondieron todos.
- "Hay que pedírselo con fe, con mucha fe, contestó el pastor."
- "¡Así lo haremos, y también vendremos a la iglesia todos los días!"

Los campesinos comenzaron a ir a la iglesia todos los días, pero las semanas transcurrían y la esperada lluvia no se hacía presente. Un día, fueron todos a enfrentar al pastor y reclamarle:

- "Usted nos dijo que si le pedíamos con fe a Dios que enviara las lluvias, Él iba a acceder a nuestras peticiones. Pero ya van varias semanas y no obtenemos respuesta alguna."
- "¿Han ustedes pedido con fe verdadera?", les preguntó el pastor.
- "¡Sí, por supuesto!", respondieron todos.
- "Entonces, si dicen haber pedido con Fe Verdadera... ¿por qué durante todos estos días ni uno solo de ustedes ha traído el paraguas?"


REFLEXIÓN DE GRACIA A DIOS

Señor, te diré sólo dos palabras.
Quiero que sean sinceras y sencillas.
En el silencio de la soledad te digo en primer lugar desde lo más profundo de mi corazón: ¡Gracias!
Gracias, Señor, por todo lo que me has concedido porque te lo he pedido,
Por todo lo que me has dado sin habértelo rogado,
Por todo lo que me has otorgado sin haberlo merecido.
Gracias por la salud, por el bienestar,
Por las alegrías y las satisfacciones.
Gracias también por la enfermedad,
Por las penas y los sufrimientos.
Aunque me cuesta trabajo, Señor,
te agradezco esto último.
¡Tú sabes lo que hiciste!
Gracias por el rayo de esperanza
que me iluminó,
Por aquella mano que me levantó,
por ese consejo que me guió,
por aquellas palabras que me alentaron,
Por esa sonrisa que me alegró,
Por aquellos brazos que me recibieron.
Pero sobre todo, te doy gracias, Señor,
Por la fe que tengo en ti.
En este tiempo, un tanto confuso,
-aunque lleno de esperanzas- es a veces difícil creer.
Te confieso sinceramente;
no siempre he sabido cómo actuar, qué hacer, a dónde ir.
Sin embargo, sigo teniendo fe en Ti.
Te doy gracias, porque en las tinieblas me has iluminado,
Porque en las caídas me has levantado, porque has perdonado mis pecados.
Te doy gracias, Señor, por todo aquello
que ignoro y de lo cual debo darte gracias.   
AMEN

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